¿Cómo eran las MUJERES celtas?
La sociedad celta se caracterizaba por ser matriarcal. En el caso de las mujeres celtas, podían ejercer muchas profesiones, llegando a ocupar cargos como abogada o juezas dentro de sus sociedades. También, se conocen anécdotas que llegaron a ocupar cargos como embajadoras, convirtiéndose en negociadoras durante conflictos.
A diferencia de otras sociedades, las féminas de esta cultura gozaban de mayores consideraciones que en el caso de las romanas, por ejemplo. Desde su infancia, eran criadas de igual forma que los hombres. Desde niñas se les impartían conocimientos acerca de cómo manejarse con las emociones, el amor y la guerra.
Las mujeres celtíberas también se dedicaban a la labores del campo y mantenían viva la memoria colectiva con viejas historias para enseñar valores y virtudes a sus hijos. Dentro de un hogar celta, la cerveza la bebían hasta los niños y tanto hombres como mujeres se encargaban de los labores de ornamentación con símbolos celtas.
Físicamente eran personas de tez blanca, con ojos azules principalmente. Su contextura, les permitía tener la fuerza suficiente para dar fuertes puñetazos y certeras patadas.
Matrimonio celta
Una vez cumplidos los doce años, las mujeres celtas podían elegir a su esposo. Ofrecer agua al chico para lavarse las manos, era el gesto que les daba a conocer que estaban casados. Durante esta etapa de la vida, había tres importantes leyes que regían la cantidad de dinero en la pareja.
Cuando el hombre y la mujer tienen igual cantidad de dinero, se consideraban independientes en los ámbitos jurídicos y económicos. En el caso que él tuviera mayor capital, la mujer se clasificaba en un rango inferior y en caso contrario, que ella tuviera más dinero se denomina cabeza de familia.
Dentro de las legislaciones que amparaban a las féminas se encontraban la ley de sucesión. Ellas podrían heredar propiedades e incluso se mantenían como propietarias de cualquier bien que fuese aportado por sus familias para su matrimonio.
Una particularidad de la cultura galaica es que en caso de la disolución de sus casamientos, ellas asumían cualquier objeto que su marido le hubiese dado durante la relación. En esta sociedad, las damas eran responsables del pago de las deudas contraídas por ellas y no sus maridos.
Las Mujeres celtas guerreras
Cuando existían tiempos de guerras, ellas se arriesgaban por sus hijos para ir al campo de batalla, portando espadas, hachas y el ímpetu necesario para afrontar a los enemigos romanos.
Durante los conflictos acompañaban siempre a sus esposos. En caso de que ellos murieran, asumían su posición dentro de las filas. Una de las estrategias con las que desafiaban al enemigo era mostrar las nalgas como una forma de burla.
Su sistema de defensa en los conflictos bélicos estaba compuesto por la espada corta de Atenas, lanza, honda y hacha de mano.
En caso de sufrir asedio, preferían tomar la decisión de matar a su descendencia para evitar que cayeran en manos enemigas. Era usual que cuando se perdía una batalla, las mujeres eran las primeras víctimas. Eran tomadas para violarlas antes de someterlas o matarlas.
En definitiva, la cultura militar y aguerrida del pueblo celta tuvo gran influencia sobre el comportamiento de las mujeres, pero con la llegada del cristianismo se fue apagando toda la llama de libertad e independencia que ellas tenían. Este cambio derivó en una tendencia patriarcal.
Símbolo celta de las mujeres
La triquetra celta es un símbolo femenino protector y por lo tanto un símbolo lunar vinculado a la fertilidad. Las fases lunares eran muy importantes para el druidismo. De hecho, el calendario celta es lunar.
La triqueta es un símbolo que despierta poderes psíquicos, incrementando la clarividencia y la intuición, en especial a las mujeres, ya que es un símbolo esencialmente femenino. Es el símbolo celta de la abundancia y la divinidad femenina del universo. Sirve para la maduracion del cuerpo, mente y espíritu.